EFE Soldados vigilan a un grupo de inmigrantes en Ceuta. (EFE)
La policía marroquí ha sellado este miércoles el paso fronterizo de Tarajal y ha interrumpido el éxodo migratorio que en los pasados dos días permitió la entrada en la ciudad española de Ceuta de 8.000 emigrantes indocumentados. Los centenares de personas que durante todo este martes estuvieron concentrados frente al Tarajal, aprovechando cualquier distracción policial o cualquier oportunidad para pasar la frontera, hoy están emprendiendo el camino inverso, hacia el sur, tras haberse convencido de que los accesos están cerrados. Mientras tanto, el Gobierno de Marruecos continúa guardando silencio respecto a la crisis.
El número de devoluciones de migrantes que han entrado irregularmente en Ceuta desde Marruecos asciende ya a 4.800, después del acuerdo alcanzado entre los dos países para que se produjera el retorno de las miles de personas que habían entrado en la ciudad. Las Fuerzas de Seguridad y las unidades militares españolas habían comenzado el martes a aplicar las comúnmente denominadas "devoluciones en caliente" para expulsar nada más llegar a suelo nacional a los indocumentados.
Se cierra así, por ahora, el episodio más tenso de la última década de la relación entre España y Marruecos, que comenzó el lunes cuando miles de personas se lanzaron a la mar para llegar al enclave español ante la inacción (y colaboración) de las fuerzas de seguridad del reino alauí, una decisión que provocó la mayor ola migratoria diaria de la historia española.
Tensa calma en Ceuta
Ya desde anoche la situación en Ceuta, si se compara con el frenesí vivido durante la jornada anterior, era más calmada. Alrededor de 30 personas resistían entonces encaramadas al espigón de Benzú, mientras al otro lado del territorio español, en el paso fronterizo del Tarajal, los gases lacrimógenos de la policía marroquí dispersaban a quienes aún perseveraban en su intento de cruzar. Gases que, caprichos del viento, terminaron llegando al lado español y obligando a desalojar brevemente el polígono industrial aledaño a la frontera, donde España ha ido concentrando a los menores identificados y a los adultos interceptados pendientes de su devolución a Marruecos.
Tras 48 horas de caos, las fronteras de Ceuta con Marruecos por fin experimentan una “relativa tranquilidad”, según confirma Delegación de Gobierno, aunque ni mucho menos de normalidad, con los carros de combate de la Legión custodiando tierra de nadie. Desde la tarde de ayer no se han producido nuevas entradas. Ya tan solo quedan curiosos que, una vez pasado lo peor, se acercan los miradores de Benzú para asomarse a la frontera o se pasan por la nueva carretera nacional que da acceso al Tarajal y que aun no ha podido ser inaugurada, al haberse finalizado la obra cuando la frontera estaba cerrada.
Esta tensa calma se trasladó también a las calles de la ciudad, prácticamente desiertas y con solo algunos jóvenes marroquíes desperdigados, tratando de no ser vistos por las constantes patrullas policiales, tanto de Policía Nacional, como Guardia Civil o Policía Local.
Silencio desde Rabat
Desde el inicio de la crisis, no ha habido ningún pronunciamiento del Gobierno marroquí al respecto. La única ficha movida oficialmente desde Rabat fue la llamada a consultas de su embajadora en España, Karima Benyaich, poco después de su reunión con la ministra Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya. Poco antes del encuentro, Benyaich había insinuado a Europa Press que la decisión de España de prestar atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, había sido la gota que colmó el vaso: "Hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir".
Esta mañana, el ministro de Estado de Derechos Humanos y Relaciones con el Parlamento, Mustafá Ramid, ha apuntado en la misma dirección, al asegurar que España sabía que el precio a pagar por subestimar a Marruecos es "muy alto". "La recepción por parte de España del líder de las milicias separatistas del Polisario, bajo una identidad falsa, sin tener en cuenta las relaciones de buena vecindad que requieren coordinación y consulta, o al menos cuidando de informar a Marruecos, es un acto irresponsable y totalmente inaceptable", ha publicado Ramid en su perfil de Facebook.
Sin embargo, analistas consultados por El Confidencial restan peso a la hospitalización de Ghali en un hospital de Logroño como posible detonante, apuntando en su lugar a la firma por parte de Donald Trump en diciembre pasado de una proclamación en la que reconocía la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. En lugar de buscar castigar un incidente aislado, Rabat está intentando tensar la cuerda todo lo posible para que España, pero también la Unión Europea en conjunto, sigan la vía abierta por Estados Unidos, en la que hasta hora no han dado ni un solo paso. "El control o falta de control sobre las fronteras con Ceuta y Melilla ha sido una vía de presión recurrente por parte de Marruecos, tanto en tiempos de crisis en las relaciones bilaterales con España, como en tiempos de negociación con la Unión Europea. En estos momentos ambas situaciones convergen", explica a este periódico Ángela Suárez, profesora de la Universidad de Salamanca y experta en política en el norte de África.
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miércoles, 19 de mayo de 2021
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Marruecos cierra la frontera con España e interrumpe el éxodo migratorio a Ceuta
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