Los participantes arrancaron fuertes. Hubo un show bastante intenso, un buen nivel. Lo que viene a partir de ahora es más baile, pero también más crecimiento. Los van a ver cómo están evolucionando, cómo están mejorando y van a ver las sorpresas que vienen por ahí.
¿Qué participantes te han sorprendido más?
Ustedes son especialistas en hacerme preguntas comprometedoras (ríe), pero yo tengo claro quiénes son para mí los favoritos y quién creo que está creciendo más. Pero, por ejemplo, Roberto ha crecido mucho, de cómo empezó a cómo está ahora se ha soltado. Roberto era, como él dijo, un tronco y ahora está supersuelto, se ha relajado, se ha ablandado por así decirlo y me ha gustado mucho su evolución. Yisus también ha evolucionado mucho. Igual es un tipo supergrande, muy corpulento, entonces cuesta un poco más que le queden bien las cosas, pero ha ido como un poco amoldando ese estilo y está mucho mejor. Aleyda fíjate que ha empezado bien fuerte y se mantiene ahí. Tiene que mejorar cositas, como todos, pero ella no es que haya tenido una evolución porque ya empezó con un nivel.
¿Cómo es un día en tu vida como mentor de las estrellas?
Primero, la producción me envía la agenda de los ensayos en los que voy a participar con los talentos y, nada, voy para allá, para Univision, hablo con la producción en cuanto al concepto de ensayo que vamos a tener con cierto participante y se prepara para que haya un buen contenido, que sea un contenido entretenido, que no sea una cosa fría, seca, seria, estricta, sino que sea mucho más divertido dentro del coaching mío de darles esos tips. Grabo prácticamente un rato con cada uno de ellos en cámara. Siempre que vamos a los ensayos vamos a darle al espectador una parte más desenfadada de cada uno de ellos y mía.
MQB sin duda cambió tu vida, tanto profesional como personalmente. ¿Cómo llega la propuesta de venirte a Estados Unidos y qué recuerdas de esa primera experiencia?
Fue un cambio radical en todos los sentidos gracias a Poty, el coreógrafo y director artístico que estaba en España. Él viene para acá y al año siguiente de estar aquí me dice de venir a Estados Unidos para echarle una mano con el tema del ballroom porque no encontraba bailarines de ballroom. El decir que sí fue lo más acertado que pude hacer en mi vida (ríe) y fue el hecho de adentrarme en otro mundo. La televisión de Estados Unidos es diferente a la de España y, bueno, el resto fue una serie de consecuencias que se fueron dando de casualidades de que tenía que estar en el lugar donde estuve para que ocurriera lo que ocurrió. Y clave fue el cruzarme con Adamari en el camino porque ella ha sido también otra persona superclave para ese cambio de vida. Poty me dio esa llave para estar aquí y Adamari me dio la llave para permanecer aquí junto a ella y poder hacer una familia. Mira quién baila me ha traído lo que yo soy hoy en día, por lo tanto le debo mucho a cada una de las personas que en ese proceso estuvieron ahí facilitándome el poder llegar a la televisión.
A Adamari obviamente porque sé lo que ama el baile, sé lo que le gusta aprender, sé lo que significa para ella Mira quién baila y yo sé que ella se lo disfrutaría muchísimo. Pero, por una parte, sé, yo creo, que no lo volvería a hacer de momento. Pero sí, para mí y para todo el mundo verla en la pista de nuevo sería como un éxito.
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